Entre dos aguas, o tal vez entre dos mundos de infinitas miradas que se ven asediadas por “estás conmigo o en contra”.
Desde aquí, desde ese pequeño o grande, según se mire, lugar donde vivo, los mercaderes, los sultanes de la palabra e incluso los que permanecen en silencio, hacen presión a aquellos que se ven atrapados, sin quererlo ni buscarlo, entre dos aguas.
Buen ciudadano si me sigues, mal demócrata si no lo haces. Curioso, ambos los recalcan, a pesar de que muchos hacen actos propagandísticos desde 2012.Y mientras, algunos, atónitos o más bien expectantes ante lo que acontece, entre dos aguas.
Inundados de democracia, y sin mediar palabra, pretenden decidir por mi aquello que ni si quiera me he cuestionado. Ninguneados y martirizados según ellos y lo mismo me da que me da lo mismo, según los otros. Y mientras, algunos, mirando la vida pasar, deseando empezar un Lunes con energía, intentando buscar la ansiada felicidad, pero siempre, y sin escogerlo, entre dos aguas.